INTRODUCIÓN
El nacimiento de una criatura, trae implicado un cúmulo de situaciones, las cuales se extienden mucho más allá de los límites que rodean la materia física y tridimensional.
En el momento donde se produce el alumbramiento de la niña o del niño, estos no son en su totalidad, de origen proveniente de las entrañas de la madre.
Dentro del vientre materno, solo se produce la formación de un cuerpo, el cual ha de necesitar la integración vital, que luego lo habrá de manejar, como único medio para tener acción en el mundo al cual ha llegado.
Esta fuerza de vida que luego mancomunado con el cuerpo físico, se desarrollará como parte material por un lado, mientras que por el otro intentará el dueño provisorio, lograr cumplir con la misión que trae, la cual es evolucionar como espíritu, hijo de Dios, proveniente de un plano etéreo, donde aceptó que la causa traída con él se cumpla.
Nadie está exento de poseer un destino y menos de tener la capacidad para poder evadirse de este.
El cumplimiento de las aceptaciones que corresponden a sugerencias que se han ido presentando, es de suma importancia para la elevación que el espíritu necesita para alcanzar la felicidad.
Algunos traen la misión de aprender, mientras que otra parte llega con la importante tarea de enseñar. Ciertos seres se acercan a tomar vida en la materia física, para tratar de desmentir todo lo que quienes enseñan, dan a la luz. Otros vienen con el fin de establecer contacto con el mundo espiritual y transmitir los mensajes que desde ese más allá desean acercar para paliar el dolor, alegrar en la tristeza y hacen entender que todo no se termina con la tan temida y mal llamada muerte.
Generalmente los seres humanos, no se preocupan por conocer, cual es la causa del porque están. Y se pasan el tiempo de su existencia, sin dar lugar a que el poderoso caudal energético que poseen, sea utilizado para los fines que han traído y prometido cumplir.
En este libro, la hermana que lo escribe, además de dejar sentadas sus memorias, expone un camino, donde se producen los encuentros con seres, tanto humanos como espirituales, quienes sin uno saberlo al principio, van preparando el entendimiento y la capacidad, para que la misión traída pueda ponerse en práctica. Todo se encuentra en cada uno, solo es necesario que cada cual, de el lugar correspondiente para que así sea.